El caso a favor a Jesucristo, el ser humano, en Lucas

Por Carlos Xavier

En su libro, The Orthodox Corruption of Scripture, el erudito [ex cristianó ahora agnóstico] Bart Ehrman identifica a tres categorías principales teológicas que predominó y, hasta cierto punto, controlo las especulaciones, motivaciones y acciones de las primeras comunidades cristianas en el primer siglo de la era Apostólica, en sus debates cristológicos sobre la “persona/naturaleza” de Jesús.

El primer grupo eran aquellos que pertenecían a un punto de vista “adopcionista”. Estos creían que Cristo era un hombre quien fue “adoptado” en su bautismo por el Dios de Israel. Por lo tanto, para apoyar este punto de vista, en ciertos manuscritos antiguos occidentales citan Sal 2.7 en Lucas 3.22.

El segundo grupo eran los pertenecientes al movimiento Docetico quienes afirmaban “que Cristo no había sufrido la crucifixión, ya que su cuerpo sólo era aparente y no real. Es esta idea la que el apóstol Juan quiere desestimar cuando escribe su primera carta universal 1 Jn 1:1.”[1]

El tercer y último grupo eran los “separacionistas” quienes creían que el “Cristo divino” y el “Jesús humano” eran dos seres separados. Estos dos “seres” en algún momento se unieron convirtiéndose en “un solo” ser en la persona de Jesús.

En este y muchos otros de sus libros, Ehrman hace un punto de fijar históricamente las diversas comunidades de los cristianos durante 100-150 años después de Cristo. Su argumento principal es que los distintos movimientos cristianos modernos no es un ‘fenómeno’ nuevo. Más bien, estos tipifican un constante cambio y evolución de ideas y creencias cristológicas que se pueden rastrar a la era Apostólica.

Por lo tanto, Ehrman afirma que en Lucas 22.43-44 ha encontrado una de las más fuertes evidencias de una corrupción “adopcionista” que va mucho más allá de las líneas conocidas textuales o literarias de la Biblia. Las siguientes citas son de su libro, The Orthodox Corruption of Scripture: The Effect of Early Christological Controversies on the Text of the New Testament, Oxford, 1993, p 187-194.
“Las alineaciones del manuscrito…nos muestran sin ninguna duda cuando la corrupción—cualquier lectura sea la corrupta—fue hecha. Si los versículos son secundarios, deben de haber sido interpolados en Lucas a mediados del segundo siglo ya que son atestiguados por los Padres a partir de Justino e Ireneo, y por los testigos tempranos Siriacos-Latinos. Si son originales, deberán haber sido eliminado por aproximadamente el mismo período, ya que están ausentes en Clemente al final del segundo siglo y de los testigos de Alejandría al comienzo del tercer siglo, testigos que representan una corriente de tradición que, en sí es, son mucho más antiguos.

El hecho es que este recuento de la gran agonía de Jesús en el rostro de su pasión… en el contexto inmediato en sí, son teológica y literalmente intrusiva en el Evangelio de Lucas…Lucas ha hecho todo lo posible para contrarrestar precisamente la visión de Jesús que estos versos abrazan. En vez de ir a su pasión con miedo y temor, angustia por su destino venidero, el Jesús de Lucas va a su muerte tranquilo y en control, confiado en la voluntad del Padre hasta el final. Es un hecho sorprendente, de especial importancia para nuestro problema textual, que Lucas podría producir esta imagen de Jesús sólo eliminando tradiciones ofensivas a ella desde sus fuentes (por ejemplo, el Evangelio según San Marcos). Solo el texto más largo de 22.43-44 se erige como anómala.”
Ehrman después hace una comparación incisiva con Marcos y llega a la conclusión de que tenia “sus razones para narrar el evento” diferente al de Lucas.
“Su imagen de Jesús en agonía y duda [14.33-36, 41]…prepara el escenario para los eventos salvíficos que suceden inmediatamente después de su muerte... ¿Por qué, en otros lugares, ha Lucas eliminado por completo el resto de la agonía de Jesús mientras, en aún términos más fuertes, haciendo énfasis aquí? ¿Por qué eliminar material compatible de su fuente, tanto antes como después de los versículos en cuestión?

No es necesario hipotecar sobre la utilidad de estos versículos para una polémica contra el docetismo, sabemos que los versículos fueron precisamente dados a este uso durante el período de nuestra preocupación. Heresiólogos del segundo siglo usaron el ‘sudor de sangre’ de Jesús para atacar a los cristianos que negaban su verdadera humanidad… [La historia que estos versículos nos enseñan] no se originó con el escritor del Evangelio de Lucas. Le fue agregado al Tercer Evangelio en algún momento a principios del segundo siglo (antes de Justin), como parte de la polémica contra el docetismo de la iglesia cristiana ortodoxa.”
Los autores de One God, One Lord[3] en vista a estos descubrimientos hacen la siguiente conclusión:
“Así, vemos cómo poco a poco el texto se modificó en detrimento de la verdad y la exactitud bíblica. Al entender esta tendencia histórica bien establecida en el desarrollo de la fe cristiana, a lo largo nos da la explicación de cómo el error doctrinal no sólo pudo haber surgido, pero establecerse y ser ‘justificado’ por un texto corrompido. La ‘expansión de la piedad’ surge del deseo pecaminoso del hombre para elevar sus propias ideas sobre la Palabra de Dios.”
Pero aún más importante, esta evidencia nos enseña cómo el Jesús humano podría haber sido “inflado” para convertirse en algo distinto de lo que realmente fue, “el Cristo, Hijo del Dios viviente”.[4]



Footnotes:

1. Docetismo, Wikipedia.

2. Mark H. Graeser, John A. Lynn, John W. Schoenheit, p.234, 2003.

3. Mateo 16.16; cp. Mateo 14:33; 26:63; Marcos 3.11; 4.3; 5.7; Lucas 1:35; 4.41; Juan 1:34, 49; Hechos 9:20.

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