Las "Buenas Noticias" [evangelio] de Jesucristo

Jesús es el Mensajero de Dios:
En Lucas 4:43 Jesús revela a sus seguidores la razón por la cual él fue enviado por Su Padre al mundo. Millones de cristianos han pasado por alto o ignorado este pasaje lucano. Son las mismísimas palabras de Jesucristo, quien dice: “...es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado”. ¿Notó lo que dijo Jesús? Él dijo que fue enviado para anunciar el reino de Dios. Él vino a proclamar un mensaje glorioso para todos los pueblos y naciones de la tierra, nunca antes predicado por hombre alguno. (Ver Hechos 10:36). A este reino de Dios Jesús lo llamó: “El evangelio”. Jesús luego dirá que el mensaje que predicarán sus verdaderos seguidores será: El Evangelio del Reino de Dios. Veamos lo que Jesús dice en Mateo 24:14: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.
Ahora bien, la pregunta más común que cualquier estudioso de la Biblia se hace es ésta: ¿Qué quiere decir la Biblia con la palabra “evangelio”? Y es que esta palabra es muy común en todo el Nuevo Testamento, pues ella aparece más de cien veces. En Marcos 1:1 el evangelista Marcos comienza diciendo: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. En el versículo 15 Marcos informa que Cristo exigía a sus oyentes a que se arrepintieran y creyeran en el evangelio. Pero antes de responder qué es el evangelio, examinemos primero la importancia que tiene dicho evangelio para el hombre.

La Importancia del Evangelio de Jesús:
Es hora que los cristianos conozcan el verdadero evangelio de Cristo---¿por qué? ¡Porque trae salvación! Leamos lo que dice Pablo en Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego”. También leemos algo similar en Efesios 1:13, donde el apóstol Pablo dice: “...el evangelio de vuestra salvación y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu de la promesa.” Jesús vino a dar sentido y propósito a nuestra efímera existencia. Lo sorprendente es que millones de cristianos nominales no tienen ni la más mínima idea de lo que es el evangelio de Cristo. San Pablo dice que el evangelio tiene poder para salvar si lo creemos de verdad. Pero nadie puede creer o aceptar algo que no comprende, por tanto, nuestra misión será hacerle entender de qué se trata ese singular evangelio (=buenas noticias) de Jesucristo. Vea también Apocalipsis 12:10, en donde descubrirá que la salvación, el poder, y el reino, vienen juntos. Es evidente que la salvación es entrar al reino, y entrar al reino es ganar la vida eterna (Escudriñar Mateo 19:16-25). Concluimos entonces que la salvación, el reino, y la vida eterna, caminan de la mano.

Entendiendo el Evangelio de Jesucristo:
Pues bien, siendo que evangelio significa literalmente “buenas noticias” o “buenas nuevas”, pregunto: ¿De qué se tratan esas buenas noticias? Si yo le digo a usted que le traigo buenas noticias y no le revelo de qué se tratan, ¿valdrá de algo? De igual manera, si yo le digo que le traigo el evangelio (=‘buena noticia’) y no le explico de qué se trata, ¿tendrá sentido para usted? ¡De ningún modo! Usted necesita entender con su mente e inteligencia lo que Cristo vino a anunciar hace dos milenios (Efesios 5:17; Romanos 12:2; Efesios 1:17,18; Colosenses 2.2). Millones están ciegos porque Satanás es experto obscureciendo el evangelio salvador de Cristo. Este adversario del hombre no quiere que el mundo perdido vea la luz del evangelio de la gloria de Cristo. Él quiere mantenerlo ciego y en tinieblas espirituales para que usted no se salve. Pablo es claro cuando les dice a los creyentes de Corinto: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). Aunque le parezca duro lo que le voy a decir, lo cierto es que si usted no quiere creer o entender el evangelio de Cristo, es porque usted está cegado por el dios de este mundo---El diablo. El enemigo le hará creer o entender que usted está oyendo una locura de fanáticos religiosos. Nuevamente Pablo les dice los corintios: “Porque el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura...” (1 Corintios 2:14). Para los creyentes la “locura del evangelio” significa salvación eterna. Dice Pablo nuevamente: “...agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios 1:21). Y también añade él: “Porque la palabra de la cruz es locura para los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” ( 1 Corintios 1:18).

El Evangelio del Reino de Dios:
Es claro que el evangelio que debe ser predicado a todas las naciones es “el Reino de Dios”. Jesús vino a proclamar un mensaje glorioso para todos los pueblos y naciones de la tierra, nunca antes predicado por hombre alguno. Jesús fue un mensajero de buenas noticias de esperanza y salvación (Ver Hechos 10:36). En Lucas 8:1 se lee lo siguiente: “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él.” Es evidente que Cristo y sus apóstoles estaban de acuerdo predicando el evangelio del reino de Dios. Pues bien, ¿están las iglesias de hoy predicando este mismo evangelio?¿Su iglesia lo predica?¿Lo ha oído usted antes? Probablemente nunca. Esta es la tragedia de las iglesias---¡Han perdido el singular evangelio llamado el reino de Dios!
En Hechos 8:12 leemos del evangelismo de un prominente cristiano llamado Felipe. Según este registro Neo-Testamentario: ¿Qué predicaba Felipe? El texto dice claramente como sigue: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.” Aquí tenemos a Felipe, un cristiano prominente, predicando a Jesús y su Reino (el evangelio). Hoy los líderes de la iglesias predican a Jesús, pero nunca, o casi nunca, ellos predican sobre su reino. Nótese además que Felipe bautizaba a los que habían creído en Cristo y en su evangelio del reino. Le pregunto: ¿Se bautizó usted habiendo creído en el nombre de Jesús y en el evangelio del reino de Dios? Millones de infantes o bebés han sido bautizados en la pila bautismal sin haber creído en Cristo ni en su evangelio del reino. ¿Valdrá tal bautismo? Según las Escrituras: NO!
Y para terminar este acápite, leeremos una última referencia del reino en el libro de los Hechos 28:23,30, y 31. En estos versículos veremos que Pablo (en Roma), predicaba lo mismo que Felipe: el Reino de Dios y el nombre de Jesucristo. Por cierto que Pablo esperó que los creyentes le imitaran en este mismo quehacer evangélico, predicando igualmente el reino de Dios y el nombre de Jesucristo (1 Corintios 11:1).

Falsos Evangelistas y Evangelios Incompletos:
El apóstol Pablo advirtió a los cristianos a no sucumbir en el engaño de los falsos evangelios promovidos por falsos maestros. Ya en su época él había previsto la infiltración de falsos mensajes con la etiqueta de “apostólicos”. En Gálatas 1:6-10 podemos leer esta importante exhortación paulina, con estas tajantes palabras: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema., como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguien os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”
El catolicismo romano elaboró su propio evangelio que ha sido llamado: El evangelio Social. Pero este evangelio es totalmente diferente al evangelio del reino predicado por Jesús y sus seguidores. Dicho Evangelio Social promueve el cambio del mundo por los esfuerzos humanos o acciones humanitarias. En cambio, el evangelio de Cristo es la renovación de nuestro mundo a través de la intervención Divina, al instaurarse un régimen divino y teocrático en la tierra en la persona del Mesías elegido: El Señor Jesucristo.

El Significado de la Palabra Reino:
La palabra reino es muy conocida por todos nosotros. Hemos oído del reino de Inglaterra, de España, de Italia, de Jordania, etc. Un reino es una forma de gobierno. Es una monarquía real con un rey, territorio, súbditos, y leyes. Ahora bien, la Biblia habla de reinos. Tenemos un ejemplo en Daniel 2:37-39, donde el profeta Daniel registra que Nabuconodosor era rey de reyes, el monarca del reino babilónico. Aquí tenemos la evidencia de que un reino es una monarquía real, con un soberano autoritario y poderoso. También Daniel revela que los reyes de Medo-Persia, Grecia, y Roma gobernarían sus respectivos reinos en el futuro. Daniel profetizó que en los días de diez reyes o líderes mundiales venideros (representados por los diez dedos de una colosal imagen), el Dios del cielo levantaría un reino (Gobierno) mundial que desplazaría y destruiría precisamente a estos diez países confederados (¿El Mercado Común Europeo?). Luego el profeta ve que dicho reino divino (representado por una roca---la cual simboliza al Mesías y su reino) cubre todo el planeta tierra. Aquí el profeta está viendo el reinado milenario y mundial del Mesías, con todo su poder y gloria, inmediatamente después de su Parusía o Segunda Venida personal a la tierra.
El Reino de Dios es un GOBIERNO político y teocrático, el cual traerá la paz y la justicia verdaderas a la tierra. El profeta Isaías dice del reino de Dios lo siguiente: “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite” (9:7). ¡Cuántos no anhelamos una paz y justicia duraderas para todos los pueblos de la tierra! El mundo ha vivido en guerras siempre y los hombres nunca han vivido en una paz verdadera y global. Hoy hay prácticamente paz en nuestro continente americano, pero en otros lugares, y en otros continentes, existen guerras étnicas, y conflictos entre naciones. La Biblia nos dice que un rey gobernará con VARA DE HIERRO. En Apocalipsis 12:5 leemos: “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones...” También el profeta Isaías predice: “He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio”(32:1).

Jesucristo, el Rey de Israel:
Hemos visto que Cristo será Rey pero, ¿desde dónde gobernará?¿Quiénes serán sus súbditos? ¿Y con quién gobernará? Pues bien, estudiemos lo que el ángel Gabriel le dijo a María, cuando iba a concebir a su hijo Jesucristo: “Y ahora concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” (Lucas 1:31-33). Esta promesa angelical ha sido pasada por alto por millones de llamados “cristianos”. Pero es importante que entendamos que aquí hay una promesa concreta aún no cumplida. Aquí se habla del ‘trono de David’ y de ‘la casa de Jacob’: ¡Sobre éstos reinará Jesús! Cuando Pilato interroga a Jesús : “¿Luego, eres tu Rey? Jesús le responde: Tu dices que yo soy Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad...” (Juan 18:37). Aquí vemos que Jesús admite abiertamente que el nació para ser Rey, y para eso vino al mundo, para dar a conocer esta verdad. Sí, Jesús tendrá un trono---el de David su padre--- y tendrá un territorio, la casa o el país de Jacob (=Israel). Esto quiere decir que Jesús es de “sangre azul o real”, pues desciende de un rey y de un reino israelita (Mateo 1:1). Efectivamente, Israel fue gobernado por reyes judíos, comenzando con Saúl, luego David, después su hijo Salomón, etc., hasta que en el año 586 A.C, el último rey judío Sedequías fue destronado por Nabuconodosor, rey de Babilonia. Es decir, hace más de 2,500 años que Israel dejó de tener una monarquía para convertirse en un país democrático a partir de 1948. No obstante, Dios le prometió a David que no le faltaría un descendiente en su trono (2 Samuel 7:12-17; 1 Crónicas 17:11-14; 2 Crónicas 7:18). En buena cuenta, Israel volverá a ser una monarquía como lo es su actual vecino, el reino de Jordania.
En Apocalipsis 12:5 hemos visto que un varón regirá el mundo con mano firme y sólida como el hierro. Pero: ¿Quién es ese misterioso varón? La respuesta la da el apóstol Pedro cuando dice: “Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesucristo, varón aprobado por Dios...” (Hechos 2:22). Aquí se le llama a Jesucristo: varón de Dios. Y en Hechos 17:31 Pablo dice: “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”. Notemos que aquel varón designado por Dios para ser juez y rey, fue resucitado de entre los muertos. ¡Esta es una clarísima alusión a Jesucristo! (Leer también 2 Samuel 23:3).
Sabiendo que Jesucristo es el Rey del reino o gobierno venidero de Dios, ¿qué más detalles tenemos de su gobierno? En el Salmo 72:7,8 encontramos más detalles del mismo con estas palabras proféticas: “Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna. Dominará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra”. Aquí vemos que Dios promete un gobierno mundial de paz y justicia duraderas, y las naciones del mundo estarán bajo su control y dominio. En un mundo donde no hay justicia, no puede haber paz. Las injusticias sociales y económicas necesariamente se traducen en descontento y violencia. Los hogares están destruidos y violentados por las injusticias. Toda injusticia es pecado (1 Juan 5:17). Hay injusticia en los robos, adulterios, mentiras, en la explotación del hombre por el hombre, en las desigualdades educativas, en la discriminación racial, etc. Se necesita urgentemente un nuevo orden social, político y económico ideal y perfecto. Pero lo ideal y perfecto no puede venir de hombres imperfectos. Mientras existan el egoísmo y el afán de lucro desmedidos, no se podrá alcanzar la justicia y la paz verdaderas. El pecado acarrea la injusticia necesariamente. Y pecado es trasgresión o violación de las leyes de Dios que se resumen en el amor (1 Juan 3:4; Romanos 13:10).
Jesucristo es también llamado “El deseado de todas las naciones” (Hageo 2:7), pues es el único que, siendo hombre, es también el Hijo de Dios. Jesús afirmó que mantiene una unidad perfecta con Su Padre (Juan 10:30). Su enseñanza y educación no provienen de una excelente universidad americana o europea, sino de Dios. Dios es su Maestro (Juan 8:28). Él recibió de Su Padre la mejor instrucción para solucionar los problemas humanos. ¡Las enseñanzas de Jesús son las mismas enseñanzas de Dios! (Juan 14:10,24).

Jesucristo Sabrá Cómo Reinar bien:
El apóstol Pablo reconoció que la Palabra de Dios instruye y hace perfecto al hombre (2 Timoteo 3:16). Dios ha perfeccionado a Su Hijo Unigénito Jesucristo a través de la obediencia a Su palabra (2 Timoteo 3:15-17). Sí, Jesús desde niño se iba perfeccionando con la palabra de Dios. Él discutía con los sabios de la época sobre lo escrito en los rollos del Antiguo Testamento, y se hacía cada vez más sabio y entendido. Sí, Jesucristo es la sabiduría de Dios (1 Corintios 1:24). Cuando Jesús gobierne este mundo desde Jerusalén, él emitirá decretos efectivos que traerán resultados positivos para todos los pueblos y naciones (Miqueas 4:1,2). En Isaías 55:11 Dios dice de Su Palabra lo siguiente: “Así será la palabra que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Sus leyes para la reestructuración de nuestra sociedad tendrán resultados beneficiosos (Hechos 3:19-21). Con él no habrá derroche de riquezas, ni políticas equivocadas. La improvisación no existirá en su gobierno. Cristo regirá con sabiduría de Dios ( 1 Corintios 1:24). El sabio Salomón dijo: “Pero la sabiduría es provechosa para dirigir (Eclesiastés 10:10). Sí, para dirigir una nación o todas las naciones en su conjunto se requiere de verdadera sabiduría---la sabiduría de Dios! Los gobernantes han fracasado en sus planes y objetivos trazados para un buen gobierno porque les ha faltado la sabiduría de Dios. Los gobernantes de hoy y de antes han gobernado a espaldas del pueblo y trágicamente también sin tener en cuenta a Dios. La Biblia dice que “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 17:1). Pero Cristo sí sabrá gobernar el mundo, porque él es la sabiduría de Dios, y sus súbditos serán hombres mansos y deseosos de obedecer sus leyes. Los malos e incorregibles habrán sido destruidos por Cristo en su segunda venida.

La Iglesia Será coheredera del Reino de Cristo:
La iglesia de Jesús, compuesta por todos sus santos seguidores, tendrá la herencia del reino de Cristo. El apóstol Pablo escribió esto a los cristianos de Roma: “Porque a los que antes predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos llamó; y a los que llamó, a éstos también glorificó.” (8:29,30). Notemos que Dios predestinó a hombres y a mujeres para glorificarlos, pero: ¿Qué significa eso? Pablo vuelve decir: “Pero nosotros debemos siempre dar gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo”(2 Tesalonicenses 2:13,14). Nótese que los creyentes van a recibir la misma gloria de Jesucristo. ¡Esto es muy claro! Ahora bien, Pablo dice: “Y si hijos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” (Romanos 8:17). Observe ahora que nuestra glorificación tiene que ver con heredar de Dios y coheredar con Cristo, si es que padecemos juntamente con él. Ahora viene otra pregunta: ¿Qué heredaremos de Dios y qué coheredaremos con Cristo? La respuesta la da Jesús en Mateo 25:31,34, cuando dice: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria...entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Cuando Cristo vuelva nuevamente, su iglesia heredará el reino de Dios con Cristo. Sí, la iglesia está llamada a reinar con Cristo en el reino de Dios, pues Pablo también dice: “Si sufrimos, también reinaremos con él...” (2 Timoteo 2:12). Y en Apocalipsis 5:10 Juan escribe: “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10). La glorificación implica entonces nuestra coronación para ser reyes en el reino de Cristo que se establecerá en esta tierra.

La Sede del Reino de Dios:
Como el reino de Dios le será restaurado a Israel (Hechos 1:6), debemos averiguar dónde se asentó el trono del reino israelita hasta los tiempos de Sedequías, su último rey, destituido en 586 A.C. En primer lugar, la Biblia nos dice que desde Saúl hasta Sedequías, el trono se estableció en Jerusalén. Por ejemplo, David reinó 33 años en Jerusalén (1 Reyes 2:11). Luego Salomón, su hijo, se sentó en su trono (el de David) en Jerusalén por 40 años, y luego murió ( 1 Reyes 11:42). Y así se sucedieron los reyes judíos hasta Sedequías. De modo que Jerusalén fue la sede del trono del reino de Dios. Recordemos que el reino israelita era el reino de Dios (1 Crónicas 28:5), y este reino de Dios “finalizó” con Sedequías en 586 A.C. Pero Jesús habló de la restauración del reino de Dios en su persona (Hechos 1:3,6,7). Entonces, si el reino de Dios va a ser restaurado, tiene que ser en el mismo lugar donde estuvo antes, es decir, en Jerusalén. Efectivamente, Jesús afirma que Jerusalén en la ciudad del gran rey (Ver Mateo 5:33-35). Pero para que Dios le restaure al pueblo hebreo el reino de Dios, Jerusalén tiene que estar bajo el control judío. Pero por espacio de dos milenios Jerusalén estuvo en manos de los no judíos, en tanto que el pueblo hebreo estaba en la diáspora o dispersión mundial. La profecía parecía imposible de cumplirse hasta la formación del estado judío el 12 de Mayo de l948. Desde esa fecha los judíos regresaron a su tierra, y 19 años después recuperan la capital Jerusalén.

El Renacimiento del Estado de Israel El 12 de Mayo de 1948:
Muy pocas personas comprenden la importancia que tiene Israel en el escenario mundial. Las mayorías ignoran que la restauración del estado de Israel en 1948 tiene un propósito divino. Sí, millones de personas desconocen que esta es una generación única que ha visto una revolución en la política, en la economía, y en las ciencias. Esta generación ha tenido el privilegio de ver renacer el moderno estado judío tal como lo predijo Dios en Deuteronomio 30:3-5. Este pasaje debe ser leído con atención, pues habla del retorno final de los judíos de la diáspora mundial a su tierra, Israel. En Ezequiel 11:17 leemos además: “Di, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel”. En Lucas 21:24 Jesús predijo la dispersión mundial de los judíos (la cual ocurrió en el año 70 d.C), y la consecuente dominación de Jerusalén por las naciones gentiles hasta los tiempos postreros. Finalmente el pueblo judío recuperaría su capital, y recibiría a su Mesías esperado. Esta restauración del pueblo judío en su tierra ocurriría en la última generación de este mundo caótico (Mateo 24:34).

El Rito de Iniciación Para Heredar el Reino:
Para tener parte en el glorioso reino de Cristo como “reyes y sacerdotes”, hay que seguir algunos pasos de iniciación. Recordemos por un instante la entrevista privada que tuvieron Jesús y el fariseo Nicodemo, registrada en el evangelio de Juan: “Respondió Jesús (a Nicodemo) y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de AGUA y del ESPÍRITU, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”. (3:3-8).
Aquí encontramos la “fórmula” para poder ver y entrar en el Reino de Dios. Primero, usted tiene que “nacer de agua”. Agua es sinónimo de purificación y representa el bautismo por inmersión. En Hechos 2:38 Pedro les dice a sus paisanos judíos: “Arrepentios, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Nótese que después del bautismo se recibe el Espíritu de Dios. Los nuevos creyentes bautizados eran añadidos a la iglesia de Cristo (Hechos 2:41). La palabra del evangelio del reino convierte al pecador, y lo impele a tomar la decisión de bautizarse para recibir el perdón de sus pecados pasados, y tener el camino despejado para entrar en el reino venidero (Efesios 5:26). Aquel hombre nuevo “renacido” recibe el sellamiento del Espíritu Santo, a fin de dar frutos espirituales. ¡Vivirá para el Espíritu y no más para la carne! Pedro además añadirá: “Siendo renacidos no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. Pero recuerde bien, el bautismo viene como consecuencia de haber creído en el evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesucristo (Hechos 8:12). Además, tome nota sobre la importancia del bautismo en el siguiente texto:
“El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como una aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo." (1 Pedro 3:21)
Invitación del Señor Jesucristo:
Dice Jesús:
“¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.” “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad.” “He aquí que yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.” “Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:7,12, 14,17).

PARA MAYOR INFORMACIÓN DIRÍJASE A:

Ing°. Mario A Olcese Sanguineti:

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

La Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, fue fundada por Pablo III en 1542 con la Constitución "Licet ab initio", para defender a la Iglesia de las herejías. Es la más antigua de las nueve Congregaciones de la Curia.

CONSEJO DE INQUISICIÓN

Una vez consolidado el poder de la Iglesia Católica sobre Europa al principio de la Edad Media, los herejes pasaron a ser considerados enemigos de la sociedad. El crimen de la herejía fue definido como un acto deliberado de negación a los artículos de la Fe Católica y su pública y obstinada persistencia en el supuesto error.

Originalmente la represión de las herejías fueron organizadas como Cruzadas hasta la llegada del Papa Gregorio en el año 123 quien instituyó la Inquisición para el arresto y juicio de los herejes. La palabra "inquisición" deriva del verbo latín (inquirir). Los Inquisidores no esperaron por las denuncias y se abalanzaron sobre los pueblos para buscar y cazar a personas para acusarlas de herejía. Aunque la Inquisición fue creada para combatir a las herejías Cátara y Waldense, la Inquisición mas tarde extendió sus actividades para incluir brujas, adivinos, blasfemos, y otros sacrílegos.

Otra causa por la cual el Papa Gregorio IX creo la Inquisición fue para instalar orden y legalidad al proceso de ajusticiamiento de la herejía, porque existía la tendencia de las multitudes lideradas por curas locales a quemar personas vivas sin juicio. Otra razón fue que despues de las cruzadas se exterminó toda competencia contra la Iglesia, y la Inquisición quedó como cuerpo policial/para-militar para la prevención de resurgimientos ideológicos, poniendo a su disposición todas las armas de captura, interrogación y desaparición de los subversivos. Superficialmente se dice que la intención del Papa Gregorio fue la creación de una corte de investigación para inquirir sobre los pensamientos y creencias de las personas. Si estos pensamientos o creencias no estaban dentro de la estructura Católica entonces el librepensador o hereje era "instruido" en doctrina ortodoxa. La esperanza cristiana era que el hereje viera la falsedad de sus opiniones y que retornara obedientemente al seno de la Iglesia. Si él continuaba con sus ideas, el Papa Gregorio, creía necesario la entrega del reo a las autoridades civiles para asegurar la protección de la comunidad católica. El hereje era entregado a las autoridades civiles debido a que la libertad de pensamiento y culto no solo violaba la ley de la Iglesia sino también la ley de los Reyes Católicos. Las autoridades civiles aplicaban su propia pena por el crimen de la libre expresión, el cual incluía la quema en la hoguera.

Los Inquisidores o jueces de esta Inquisición Medieval eran reclutados exclusivamente de las ordenes Franciscanas y Dominicanas. Al principio de la creación de esta institución, los Inquisidores recorrían la campiña en busca de herejes, pero esta práctica no duró mucho. Al poco tiempo los Inquisidores adquirieron el derecho de emplazar a los sospechosos de su casa directamente a la corte Inquisidora. La organización medieval funcionó limitadamente en el norte de Europa, pero fue en Francia y en el norte de Italia donde encontró su centro de trabajo. Esto corresponde a los centros de cultura y pensamiento de la época.

A través de la historia de la Inquisición existió la rivalidad entre las jurisdicciones eclesiásticas y seculares. Pero la Iglesia, siendo el poder absoluto, dictó en cuestión de fe y manipuló a los reyes a su gusto estableciendo así su control sobre la vida civil. Un rey por no obedecer podía quedar en condición de pordiosero con el simple acto de ser excomulgado y de esta forma manipulaban a toda Europa mediante el terror. No solo a pobres viejas parteras y curanderas, filósofos y científicos sino también al mismo rey.

LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA
La segunda variedad de Inquisición fue la infame Inquisición Española, autorizada por el Papa Sixto IV en 1478. El Papa trato de mantener la armonía entre los inquisidores y los ordenados pero le fue muy dificíl manipular a los Reyes Católicos Fernando V e Isabel. Debido a esto, Sixto reconoció la independencia de la Inquisición Española. Esta institución sobrevivió hasta el siglo XIX y fue permanentemente abolida por decreto el 15 de Julio de 1834.

Causas
Explicada brevemente la compleja trama que se teje en este período, superando los simplismos unilaterales, las causas principales que adicionalmente aparecen ante nuestros ojos son las siguientes:

El Peligro Judío
Indiscutiblemente la causa más importante que directamente motivó la creación del Tribunal hispano fue el denominado "peligro o amenaza judía". Las graves crisis económicas que sacudieron Europa durante los siglos XIV y XV, a las cuales contribuyeron las pestes y epidemias que fueron sobrevividas por los judíos debido a su régimen de limpieza muy diferente al cristiano que consideraba la limpieza como pecado. Se conoce de casos donde se daba como pena un baño (o el caso del Rey Felipe que murió comido por los piojos y hecho santo por su fe.) A su ver, ésto originó una caída demográfica sin precedentes, condujeron al empobrecimiento masivo de la población y a restricciones económicas de la corona. En medio de la crisis, los únicos que consolidaban sus posiciones económicas eran los prestamistas y los arrendatarios de los tributos reales, oficios virtualmente monopolizados por los judíos debido a que la Iglesia prohibía estas profesiones a cristianos. Éstos se habían convertido en dueños de las finanzas hispanas. Una de las razones de tal situación era el hecho de que los préstamos con intereses se consideraban moralmente cuestionables por estar incursos en el pecado de usura, mientras que los judíos los consideraban perfectamente lícitos. Por si fuera poco, los judíos eran vistos como un Estado dentro del Estado pues, antes que buenos y leales súbditos de la corona eran, por sobre todo, judíos: una nación sin territorio y, por ende, en busca de uno propio.

Estas razones y la intolerancia religiosa cristiana alimentaron el antisemitismo, En ese contexto, se produjeron diversos sucesos y protestas anti-judías que echaban la culpa de todos los males de la época a la benevolencia de las autoridades para con el "pueblo asesino de Cristo" por lo cual supuestamente Dios castigaba a la población.

Al ser establecida la Inquisición, durante los primeros años de su existencia se encargó principalmente de controlar a los judeo-conversos ya que, para ser procesado por el Tribunal, el judío tenía que haberse hecho, libre y voluntariamente, católico. Sin embargo, la situación de los conversos se complicó pues se veían presionados por sus familiares y allegados judíos para que retornasen a su antigua religión y, al hacerlo, incurrían en apostasía y, por ende, se sujetaban al control de la Inquisición. Después de haber fracasado todos los intentos de los monarcas por asimilar a los judíos pacíficamente, terminaron por decretar la expulsión de todos aquellos que no se convirtiesen al cristianismo. Antes que de España, los judíos habían sido expulsados de Inglaterra, Francia y otros reinos; además, habían sido víctimas de crueles matanzas y persecuciones en Alemania.

Por otro lado, en la etapa de reconquista de los territorios ocupados por los musulmanes se formaron dos grandes reinos católicos: Castilla y Aragón. Isabel de Castilla se casó con Fernando, príncipe heredero de la corona de Aragón; cinco años después, Isabel se convirtió en Reina de Castilla y, en otro lapso igual, Fernando fue coronado como Rey de Aragón. El matrimonio de ambos no originó la unificación de España porque ambos reinos seguían siendo independientes el uno del otro. Isabel y Fernando concibieron el proyecto de centralizar en ellos el poder político, anteriormente disperso en la nobleza, llevando a la unión de sus coronas en un solo Estado. Para ello, entre sus primeras medidas, procedieron a crear cinco Consejos Reales, uno de los cuales fue el Consejo de la Suprema y General Inquisición. Esta es la primera institución que con un solo jefe común -el Inquisidor General- para ambos reinos, tuvo bajo su poder toda España y sus colonias. Así, los reyes emplearon la unificación espiritual con una finalidad claramente política: la unidad española. De esta manera nació España, forjada en la milenaria lucha contra los infieles, consolidada en las pugnas contra los judaizantes, alimentada en las guerras con los protestantes, confirmada en la vasta tarea de evangelizar todo un nuevo mundo; baluarte de la Fe Católica; siempre defensora de la cristiandad y de la fidelidad a la Iglesia, siempre devota.

Procedimientos
Cuando una persona era denunciada ante el Santo Oficio por algún delito que estuviera comprendido en sus competencias, era investigada por los inquisidores. Así, el Tribunal tenía competencia sobre los siguientes tipos de delitos:

Contra la fe y la religión: herejía, apostasía, judaísmo, blasfemia, etc.

Contra la moral y las buenas costumbres: bigamia, lectura, comercio y posesión de libros e imágenes prohibidas por obscenas, etc.

Contra la dignidad del sacerdocio y de los votos sagrados: decir misa sin estar ordenado; hacerse pasar como religioso o sacerdote sin serlo; solicitar favores sexuales a las devotas en confesión, etc.

Contra el orden público: lectura, comercio y posesión de libros de autores subversivos -sobre todo de los revolucionarios franceses-; lectura, comercio y posesión de libros de autores contrarios a la corona, a España o a la Iglesia, etc.

Contra el Santo Oficio: en este rubro se consideraba toda actividad que en alguna forma impidiese o dificultase las labores del tribunal así como aquellas que atentasen contra sus integrantes.

El Tribunal tenía, entre sus atribuciones, la capacidad de confiscar las propiedades de los acusados. El secuestro de bienes era dispuesto por los inquisidores y, en los casos en que se demostrase la culpabilidad del reo, se le solían expropiar definitivamente. Esto llevó al interés creciente en hallar herejes entre los conversos de fortuna cuantiosa como una fuente de recursos económicos adicionales para una siempre sedienta Iglesia.. En España, durante los primeros años de su funcionamiento, este Tribunal tuvo una ingente cantidad de recursos; pero, al menos desde el siglo XVIII, no eran suficientes para cubrir sus propios gastos; entonces, el Tribunal debía recurrir al apoyo de la corona, la que aseguraba la continuidad de sus funciones.

Jesus No Dijo Eso por Bart Ehrman

Los Errores y Falsificaciones de la Biblia
Aun en nuestros días, tras la lectura de un pasaje de la Biblia se suele decir “palabra de Dios”, como si lo que está escrito en el Nuevo Testamento fueran las palabras exactas que pronunció Jesucristo o los textos originales de Pablo de Tarso. En realidad esa “palabra de Dios” es, en muchos casos, solamente palabras de los hombres, porque, a lo largo de mil quinientos años, los diferentes traductores y copistas de la Biblia introdujeron un sinfín de errores accidentales y cambios malintencionados que pasaron a las ediciones impresas.
Ahora, por primera vez, el eminente especialista del Nuevo Testamento Bart D. Ehrman (autor de Los cristianismos perdidos) reconstruye los textos originales, nos revela cómo, dónde y por qué fueron manipulados y nos demuestra que muchas de nuestras creencias más profundas sobre la divinidad de Jesús, la Trinidad o los orígenes divinos de la Biblia misma carecen de fundamento documental. Quien lea Jesús no dijo eso nunca volverá a leer, del mismo modo, los evangelios o las epístolas de San Pablo.

Versículos que usan Trinitarios: Salmos 110.1

Salmos 110:1: “Dice el SEÑOR a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” (LBA)
Los comentaristas trinitarios argumentan que "mi Señor" proviene de la palabra hebrea adonai, otro nombre para Dios y por lo tanto, es frecuentemente dado como prueba de la divinidad del Mesías. Pero, no solamente es un argumento inválido, este versículo es en realidad una de las más grandes pruebas de la humanidad completa del mesías prometido.
La palabra hebrea traducida como "mi señor" es adoni (Adonai es pronunciado "Adon-ay", porque el ‘ai’ suena como ‘ay’. Adoni es pronunciado ‘adon-ni’ porque la "i" final es pronunciado como una larga "i" en los estandartes textos hebreos. Esta palabra siempre es usada en las escrituras para describir a amos y señores humanos, pero nunca a Dios. Desafortunadamente, la mayoría de las concordancias hebreas y lexicones dan solamente la raíz de las palabras, no la palabra que ocurre realmente en el texto hebreo. Ésta es una de las razones por la cual personas que usan libros como La Concordancia de Strong son usualmente limitadas.
[Personas que quieran hacer un estudio de esto por sí mismo necesitarán poder trabajar con el mismo texto hebreo y no solo las palabras raíz. Un buen comienzo para esto es el programa de computadora de estudio Biblico, Bibleworks o Logos] Mientras que esto usualmente no afecta la interpretación del texto, a veces hace mucha diferencia, como en Sal 110:1. La revista Enfoque del Reinado (Focus on the Kingdom) reporta:

“La Biblia en Sal 110:1 en realidad le da al Mesías un título que nunca describe a Dios. La palabra es adoni y en todos de sus 195 acontecimientos en el AT representa a un superior que es humano (o ocasionalmente angelical), creado y no Dios. Así que Sal 110:1 presenta las pruebas más claras de que el mesías no es Dios pero, un hombre sumamente eminente.” [Anthony Buzzard, ed., {Enfoque del Reinado}Focus on the Kingdom, Atlanta Bible College, Morrow, GA, March 2000, p. 3.]

La diferencia entre adon (la palabra raíz), adoni ("señor", siempre usada para hombres o ángeles) y adonai (que es usado para Dios y algunas veces escrito como adonay) es crítico al conocimiento de Sal 110:1. El lexicón hebreo por Brown, Driver y Briggs (BDB), considerado por muchos ser el mejor disponible, hace la diferencia entre estas palabras. Note como en BDB la palabra adoni se refiere a señores que no son Dios, mientras que otra palabra, adonai, se refiere a Dios [El hebreo se lee de derecha a izquierda, así que la primera letra de esta palabra aparenta ser una "X" glorificada]:

1. Refiriéndose a hombres: mi señor, mi amo: (adonai)
a) amo: Ex 21:5 (código del convenio) Gen 24:12+, 44:5 (J, 20t.), 1 Sam 30:13 y 15; 2 Reyes 5:3, 20 y 22; 6:15;
b) esposo: Gen 18:12 (J);
c) profeta: 1 Reyes 18:7 y 13; 2 Reyes 2:19; 4:16 y 28; 6:5; 8:5;
d) príncipe: Gen 42:10 (E), 23:6,11 y 15 (P), 43:20; 44:18+; 47:18, + (J, 12t.); Jueces 4:18;
e) reyes: 1 Sam 22:12+ (S&K 75t.);
f) padre: Gen 31:5 (E);
g) Moisés: Ex 32:22; Núm. 11:28; 12:11; 32:26 y 27 (J); Núm. 36:2 (2x) (P);
h) sacerdote: 1 Sam 1:15 y 26 (2x);
i) ángel theopanic [un ángel representado a Dios]: Josué 5:14; Jueces 6:13;
j) capitán: 2 Sam 11:11;
k) reconocimiento general de una superioridad: Gen 24:18; 32:5+; 33:8+; 44:7+ (J 13t.), Rut 2:13; 1 Sam 25:24+ (15t.).
2. En referencia a Dios: [adonai]. Note que cuando la palabra se refiere a Dios, cambia cuándo se refiere a hombres. La vocal bajo la "n" (la segunda letra de la izquierda) ha cambiado. [Francis Brown, S. R. Driver y Charles Briggs, El Lexicón Hebreo e Ingles de Brown-Driver-Briggs {The Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon} Hendrickson Publishers, Peabody, MA, reprint 1996, p. 11 (Adon, “Señor”). Hemos cambiado la puntuación y las abreviaturas de referencia para hacerlo compatible con las abreviaturas que usamos para facilitar la lectura. Las letras en el paréntesis caracterizan su creencia respecto al autor exacto o redactor de esa parte de la escritura, algo con el que no coincidimos teológicamente.]

En la definición de arriba, adoni y adonai tienen la misma raíz, adon, cual es la palabra listada en las concordancias y la mayoría de los lexicones. Sin embargo, las palabras exactas usadas son diferentes. Adoni, la palabra usada en Sal 110:1, nunca es usado de Dios. Es siempre usado de un ser humano o angélicamente superior. El hecho de que el texto hebreo usa el adoni para Mesías en Sal 110 prueba muy poderosamente que no es Dios. Si el mesías fuera Dios, entonces adonai hubiera sido usado. Esta diferencia entre adoni (un señor) y adonai (el Señor Dios) permanece incluso cuando Dios aparece en teofanias. En Gen 18:3, Abraham se dirige a Dios quien estaba en "forma" de un ser humano, pero el texto usa adonai.

Los eruditos reconocen que hay una diferencia entre adoni y adonai, y que estas diferencias son importantes. La Enciclopedia Bíblica Estandarte Internacional nota:
"La forma ADONI (“mi señor”), un titulo royal (1 Sam 29:8), tiene que ser cuidadosamente distinguida del título divino ADONAI (“mi Señor”) usado paraYahvé. [Geoffrey Bromiley, The International Standard Bible Encyclopedia (Eerdmans, Grand Rapids, MI, 1979), “Señor”.]
Hay muchos usos de adonai que se refieren a ángeles o a hombres, dándoles un estado elevado, pero no indicando que el orador creía que era Dios. Esto está de acuerdo con el lenguaje total. Estudios de palabras como Elohim también nos enseñan ocasionalmente que es usado para seres humanos que tienen un estatus alto [Gen 19:18; 24: 9, 39: 2]. En contraste con adonai siendo usado ocasionalmente para hombres, en ningún tiempo adoni es usado para Dios. Hombres pueden ser elevados, pero Dios nunca es hecho menos.

Los siguientes 148 versículos contienen 166 usos de la palabra (adoni-- WTT o BHS AT Hebreo, editado por K. Elliger y W. Rudoph de Deutsche Bibelgesellschoft, Stuttgart, cuarta edición corregida, copyright © 1966, 1977, 1983, 1990 by the German Bible Society) y cada uno de ellos se refiere a un señor humano o un ángel. Ninguno se refiere a Dios:

Gen 23:6, 11,15; 24:12(2x), 14, 18, 27(3x), 35, 36, 37, 39, 42, 44, 48(2x),49, 65; 31:35; 33:8, 13, 14(2x), 15; 39:8; 42:10; 43:20; 44:5, 7, 1(2x), 19, 20, 22, 24; 47:18(2x), 25; Ex 21:5; 32:22; Núm 11:28; 12:11; 32:25, 27; 36:2; Josué 5:14; 10:1, 3; Jue 1:5, 6, 7; 4:18; 6:13; Ruth 2:13; 1 Sam 1:15, 26(2x); 22:12; 24:8; 25:24, 25(2x), 26(2x), 27, 28, 29, 31, 41; 26:17, 18,19; 29:8; 30:13, 15; 2 Sam 1:10; 3:21; 9:11; 11:11; 13:32, 33; 14:9, 12, 15, 17(2x), 18,19(2x), 22; 15:15, 21(2x); 16:4, 9; 18:31, 32; 19:19(2x), 20, 26, 27, 30, 35, 37; 24:3, 21, 22; 1 Reyes 1:13, 17, 18, 20(2x), 21,24, 27(2x), 31, 36, 37(2x); 2:38; 3:17, 26; 18:7, 10; 20:4; 2 Kings 2:19; 4:16, 28; 5:3, 18, 20, 22; 6:5, 12, 15, 26; 8:5, 12; 10:9; 18:23, 24, 27; 1 Cron 21:3(2x), 23; 2 Cron 2:14, 15; Isa. 36:8, 9, 12; Jer 37:20; 38:9; Dan 1:10; 10:16, 17(2x), 19; 12:8; Zaca 1:9; 4:4, 5, 13; 6:4.

Los siguientes 24 usos pueden ser encontrados bajo [l’adoni], “a mi Señor”. Mientras que en nuestro lenguaje separamos la preposición del sustantivo o el verbo que sigue, en el hebreo la preposición es dada directamente a la palabra. Gen 24:3,54,56; 32:5,6,19; 44:9,16,33; 1 Sam 24:7; 25:27,28,30,31; 2 Sam 4:8; 19:29; 1 Reyes 1:2; 18:13; 20:9; 1 Cron 21:3; Sal 110:1. Todos estos se refieren a señores humanos, no a Dios.

Las siguientes 6 referencias pueden ser encontradas bajo [v’adoni]: Gen 18:12; Núm. 36:2; 2 Sam 11:11; 14:20; 19:28; 24:3.

Las siguiente referencia es encontrado bajo [m_adoni]: Gen 47:18.
Estudiantes del hebreo saben que el texto original fue escrito en una forma "sin-puntos", ej., sin los guiones y las marcas como son ahora las vocales escritas. Por lo tanto, algunos eruditos pueden señalar que debido a que los puntos de vocal del texto hebreo fueron añadidos después, los rabinos podían haber estado equivocados. Debe ser notado, sin embargo, que las dos palabras hebreas, adonai y adoni, mientras que siempre escritas de la misma manera en textos “sin-puntos”, suenan diferentes cuando son pronunciadas. Esto no es anormal en un lenguaje. "Leer" y "leer" son deletreadas lo mismo, pero uno puede ser pronunciado "le-yi", como en "leí el libro ayer" mientras que el otro es pronunciado como “lea”, como "por favor lean el libro". La manera correcta de poner las vocales en el texto habría estado conservada en la tradición oral de los judíos. Por lo tanto, cuando el texto fue escrito definitivamente con las vocales habría sido escrito como siempre fue pronunciado.

Pruebas adicionales de que los judíos pensaban que la palabra en Sal 110:1 se refería a un mesías humano y no a Dios como que vino a la tierra, siempre son dadas en el texto griego, tanto en la Septuaginta y en citas del NT. Es importante recordar que en la Septuaginta, la traducción griega del AT hebreo, fue hecha aproximadamente 250 BC, mucho antes de que los debates trinitarios empezaran. Así todavía la traducción del Septuaginta apoya a Sal 110:1 refiriéndose a un señor humano, no a Dios. Lo traduce como ho kurios mou.

"Los traductores del LXX [Septuaginta] en el siglo 3 antes de Cristo, atesta a una distinción cuidadosa entre las formas de adon usadas para lo divino y referencia humana traduciendo adoni como ho kurios mou, “mi señor”." [Anthony Buzzard y Charles Hunting, {La Trinidad, la Herida Hecha por la misma Cristiandad} The Trinity, Christianity’s Self-inflicted Wound (Atlanta Bible College and Restoration Fellowship, Morrow, GA, 1994), p. 28.]

Cuando Sal 110:1 es mencionado en el NT la misma verdad de la señoría humana del Mesías está conservada:
NT, cuando hace mención de Sal 110:1, redacta l’adoni como “a mi señor” (to kurio mou). Pero da adonai ([Sal 110] v.5 y en otros muchos lugares) como “el Señor” (kurios). Esto prueba que la diferencia entre adonai y adoni fue reconocida e informada en griego mucho antes de que los puntos de vocal del Masoretic arreglaran la tradición antigua y oral permanentemente por escrito. [Anthony Buzzard, {Enfoque sobre el Reinado} Focus on the Kingdom, {“Quien es Jesús?” Dios ¿o Único Hombre?} “Who is Jesus? God or Unique Man?” (Atlanta Bible College, Morrow, GA, 1998), p. 8.
Es interesante que los eruditos no le hayan dado mucha atención al texto de Sal 110 o en los lugares dados es mencionado en el NT, y decir que muestra que Cristo debe de haber sido Dios. El diccionario bíblico muy bien conocido de Smith’s contiene un artículo sobre “Hijo de Dios”, escrito por Ezra Abbot. El escribe:

“Acontecida menté descubrimos que, después de la ascensión, los apóstoles trabajaron para traer a los Judíos que reconocieran que Jesús no solamente era el Cristo, pero también una Persona Divina, incluso el Señor Jehovah. Por lo tanto, por ejemplo, San Pedro.... [Abbot acontece a decir como Pedro dijo que Dios habilla hecho a Jesús “ambos Señor y Cristo”.] H. B. Hackett, Dr. William {Diccionario Biblico de Smith} Smith’s Dictionary of the Bible, {“Hijo de Dios”} “Son of God” (Baker Book House, Grand Rapids, MI, reprint 1981), vol. 4, p. 3090.
La nota al pie de página es muy correcta, porque la palabra en Sal 110 es la palabra para un "señor" o "amo" y no Dios. Por lo tanto, Sal 110:1 nos da pruebas muy claras de que el Mesías esperado de Dios no iba ser el mismo Dios, pero un ser creado. Los Judíos escuchando a Pedro en el día Pentecostés claramente hubieran visto la correlación evidente en la enseñanza de Pedro que Jesús fue un “varón aprobado por Dios" (Hech 2:22 – RV 1960), y un ser creado, el "mi señor" de Sal 110: 1 cual Pedro menciono un poco después (Hech 2:34). El uso de adoni en el primer versículo de Sal 110 lo hace bien claro que los judíos no esperaban que su Mesías fuera Dios, pero esperaban un “señor” humano.

Corrupciones textuales al NT: Lucas 2

Luc 9:35:“Y vino una voz de la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.” [RV 2000]

“Entonces salió de la nube una voz que dijo: “Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo." [NVI]
Escribas cambiaron “mi escogido” [eklelegmenos] con “amado” [agapetós] para sutilmente despistar el hecho de que Jesús fue “escogido” [como el Mesías=“ungido de Dios”], ya que para algunos era Dios.

La mayoría de los eruditos aceptan la lectura “mi escogido” [eklelegmenos] como original. Entonces, ¿por qué este cambio? No es simplemente para hacer que compagine con el resto de los evangelios [Mar 1:1; 9:7; Mat 3:17; cp. Lu 23:35]. Si este fuera el caso, esperaríamos que hubiera pasado lo contrario—esto es, que los evangelios de Marcos y Mateo compaginaran con el de Lucas. La magnitud de los cambios textuales en Lucas, asociados con casi la ausencia total de cambios a Mateo y Marcos, sugiere que este cambio fue simple y sencillamente hecho por razón doctrinal, para eliminar cualquier posibilidad de una alusión Adopcionista.


Lu 11:23: "El que no está de mi parte, está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce.” [NVI]
Aunque este versículo no representa una corrupción trinitaria, parece reflejar una corrupción Gnóstica al texto original. Ya que lo que se está encontrando sobre las enseñanzas “ortodoxas” y “Gnósticas” de los primeros siglos del Cristianismo [100-200DC], reflejan una similitud histórica y doctrinal.

Comentadores generalmente han pasado por alto un cambio a esta lectura dicha por los testigos significantes de los manuscritos Alejandrinos. En ambos de los Evangelios en el cual este versículo aparece [Mat 12:30; Luc 11:23], el Códice Sináptico se une con otros manuscritos en agregarle el pronombre personal “me” [mi] al final de esta clausula haciéndola leer como: “el que conmigo no recoge, me esparce a mi”. Hay pocas razones de considerar este variante como original. La mayoría de la tradición del cual proviene [texto Alejandrino] lee contrario a este, como lo es la mayoría de testigos y de los grupos textuales. Ni tampoco hay argumentos convincentes para su autenticidad por motivos internos.

Los pocos eruditos que tratan con este tema generalmente concuerdan con el teólogo Bruce Metzger que dice, la lectura representa un intento de balancear el logo, proveyéndole al cuarto verbo con un objeto personal, correspondiente con los 3 anteriores.

Mientras que esta explicación parece tener una apelación gramática, un examen del tema más cercano revela ciertos problemas. Aun con la adición escritural de “me”, gramáticamente es una clausula “balanceada”, y por lo tanto, asimétrica. Aunque es cierto que para que Jesús haya dicho: “el que conmigo no recoge, me esparce a mí”, no hubiera tenido ningún sentido en su contexto canónico evangélico. La solución a este problema solo sale cuando se reconoce que en un diferente contexto, fuera de las declaraciones de Mateo, Lucas, y su origen común, la frase puede fácilmente ser interpretada.

Acordémonos que de acuerdo al patriarca Ireneo, los Gnósticos conocidos como los Valentinianos, adoptaban a 3 diferentes Cristos: uno que ayudo a restaurar la orden a la Pleroma después de la caída de Sofía; otro que represento los atributos combinados de todos los eones [emanaciones]; y otro creado por el Demiurgo, en quien el 'segundo Cristo' entro en su bautismo[1].

Para los representantes de la ortodoxia trinitaria, Gnósticos quienes diferenciaban entre Jesús y el Cristo, dividiéndolo en seres distintos, eran los verdaderos enemigos de Jesús. Lejos de ser aquellos quienes “recogen” con él, esto es, los que se unen a su misión y compañerismo, esos que dividen o “desparraman” a Jesús eran “contra” el. La corrupción de ambos Mat 12:30 y Luc 11:23 personifica el rechazo ortodoxo de cualquiera que niegue la unidad de Jesucristo[2].
Pie de notas
[1] Este movimiento tuvo numerosos discípulos, de los que quedan algunos escritos, y de los que nos dan noticias numerosas. Los escritores cristianos son: S. Ireneo en su Contra Herejes, Hipólito en los Philosophumena (o Refutatio), Tertuliano en el Contra los Valentinos, etc. El fundador, Valentín “el Gnóstico”, es generalmente visto como el fundador de los movimientos Gnósticos Cristianos en Roma y Alejandría.

Los pocos fragmentos que poseemos son insuficientes para reconstruir su doctrina, que sufrió algunas remodelaciones a través del tiempo por sus discípulos. Sin embargo podemos deducir por los escritos de Ireneo, sobre todo, que su creencia se basaba en un sistema de emanaciones (eones) que componían el mundo divino o pléroma. Dividía a los hombres en hílicos (materiales), psíquicos (animales) y pneumáticos o gnósticos (espirituales). Sólo estos últimos podían aspirar a la perfección y al desposorio con los ángeles.
Tras el proceso de degradación provocado por Sophía (el eón último más imperfecto del pléroma, origen del pecado) viene el proceso de redención que culmina en la bajada del Logos (Cristo) al mundo. El Salvador ilumina a los gnósticos en el «descubrimiento» de su realidad divina. Con la muerte, el elemento divino presente en el gnóstico se reintegrará al pléroma; también a los psíquicos se les ha reservado una salvación inferior [extrapleromática] mientras que los hombres materiales caerán en una disolución total.

[2] No viene como sorpresa que esta lectura entro a copias del NT producidas y preservadas en Alejandría, uno de los bastiones del Cristianismo Gnóstico, donde escribas ortodoxos constantemente se enfrentaban con alegaciones de sus oponentes herejes.

No solo en un número de manuscritos alejandrinos, pero patriarcas de la estatura de Origen y Atanasio nos cuentan sobre esta corrupción. Su prevalencia en estos círculos significa que avanzó en el texto muy tempranamente, continuando a afectar al texto de esa región mucho después que la amenaza Gnóstica paso a los anales de la historia ortodoxa.

Corrupciones textuales al NT: Lucas

Lu 1:15: “Porque será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra; y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.” [RV]

“Porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde su nacimiento.” [NVI]
Pasajes bíblicos relacionados con el nacimiento de Jesús en los evangelios Sinópticos fueron [y son] ocasionalmente cambiados para enfatizar el punto de vista ortodoxo que el que iba a nacer de la virgen, en realidad era Dios. El contexto de la frase “delante del Señor” nos indica que Juan el Bautista iba ir “delante” [v.17] de Jesús, con el poder y el espíritu de Elías.

Esto hace parecer el cambio [aun moderno] de la palabra kurios [señor] a teos [Dios] más que un simple accidente: asumiendo que Juan espera no al Señor Jesús pero al Señor, 'Dios Jesús'[1]. Aunque la NVI tiene la lectura correcta de “Señor” en vez de “Dios”, los traductores modernos también han omitido la lectura original “el vientre de su madre” y reemplazado con “nacimiento” [gennesis]. Por lo tanto, apoyando la enseñanza ortodoxa de la preexistencia de Jesús como una natividad [gennesis] en vez de un origen [genesis]; véase el estudio de Mat 1:18.

Lu 1:17:“Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor.” [NVI]

“E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” [BJ76, RV]
Como en Luc 1:15 este ha sido cambiado para que en vez de Juan el Bautista presidiendo a “el” [autou—Jesús], dice “el Señor” [ho kurios] ósea, “el Dios”.

Lu 1:76: “Mas en cuanto a ti, niñito, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás por adelantado ante Jehová para alistarle sus caminos.” [NM Los TJ]

“Y tú, niño: profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor, para aparejar sus caminos.” [RV, NVI]
En un manuscrito del texto palestino-siriaco la palabra “Señor” sale como “Dios”. Aunque el griego original es kurios [señor] algunas traducciones modernas todavía lo traducen como “Dios” [teos] o “Jehová” [NMTJ].

Lu 2:26: “Además, se le había revelado divinamente por el espíritu santo que no vería la muerte antes que hubiera visto al Cristo del Señor.”
Cuando Lucas indica que el Espíritu Santo le había revelado a Simeón que no moriría antes de ver al “Cristo del Señor”, el manuscrito antiguo en Latín ha hecho el cambio que ya podemos anticipar : “Cristo, es decir Dios”.
Lu 2:33: “Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían
de él.” [RV 2000]

“El padre y la madre del niño se quedaron maravillados por lo que se decía de él.” [NVI]
Copiadores cambiaron “padre” [pater] con “José” en muchos de los manuscritos, pensando que esto “aclararía” la posible confusión del Padre de Jesús.

La mayoría de manuscritos griegos, junto con un sinnúmero de manuscritos en latín antiguo, Siriaco, y testigos Cópticos, cambiaron este versículo a leer: “José y su madre estaban maravillados”. El cambio hace perfecto sentido, ya que el punto de vista ortodoxo no pone a José como el padre de Jesús. Puede haber poca duda que en este caso el texto mayoritario representa una corrupción en vez de la lectura original: ya que varios manuscritos antiguos y mejores, consistentemente muestran la lectura más difícil.

Sin embargo, la amplia declaración de las lecturas variantes y concentración de versiones antiguas que las apoyan, si enseñan que el texto fue cambiado relativamente temprano en la historia de su transmisión, por lo menos en el siglo 3 y más probable el siglo 2—precisamente en la era de las controversias Adopcionistas.


Lu 2:41: “Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.” [NVI]
En algunos manuscritos antiguos, “padres” [goneús] fue cambiado por escribas con “José y María”, al menos que alguien tuviera confusión sobre los “verdaderos” padres de Jesús.



Lu 2:43: “Terminada la fiesta, emprendieron el viaje de regreso, pero el niño Jesús se había quedado en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta.” [NVI]

“Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin saberlo José y su madre.”[RV 2000]

En el texto Siriaco-Palestino, “padres” otra vez es cambiado con “José y su madre” o otras lecturas similares. También, “el niño Jesús” en algunos manuscritos dice “el niño, el Señor Jesús”, porque si Jesús era Dios, entonces tenía que ser Señor desde su nacimiento.


Lu 2:48: “Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.»” [BJ76]
“padre y yo” fue alterado con “nosotros” o “José y yo” o “tus parentescos”, etc. Al menos que alguien estuviera confuso sobre el verdadero padre de Jesús.


Lu 3:21: “Y aconteció que, cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió…” [NVI]

En el texto Siriaco-Palestino, escribas cambiaron “Jesús”, quien llego hacer bautizado, a “el Señor”, por el énfasis que la palabra Jesús pone sobre su humanidad.


Luc 4:22: “Todos dieron su aprobación, impresionados por las hermosas palabras que salían de su boca. "¿No es éste el hijo de José?", se preguntaban.” [NVI]

"¿No es éste el hijo de José?" fue totalmente omitido o cambiado a “¿no es este un hijo de Israel?”

Luc 7:9: “Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande.»” [BJ76]
Escribas cambiaron “Jesús” por “Dios”, para hacer a Jesús Dios.


Luc 8:28: “El cual, cuando vio a Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.” [RV 2000]
“Jesús, Hijo del Dios Altísimo” fue cambiado a “Jesús, el Dios Altísimo” para que hubiera una clara “prueba” que Cristo era Dios.


Luc 8:40: “Cuando Jesús regresó, la multitud se alegró de verlo, pues todos estaban esperándolo.” [NVI]
La frase “Cuando Jesús regresó” fue cambiado por la expresión “cuando Dios regreso”.


Luc 9:20: “Entonces les dijo: ‘Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?’. Pedro dijo en respuesta: ‘El Cristo de Dios’.”
“El Cristo de Dios” fue cambiado con “El Cristo, Dios”.
Pie de notas
[1] Este problema de “Señorío” [en relación al Señor Jesús y Dios, el Señor] se le hace al lector más confuso cuando los traductores bíblicos modernos insisten en traducir el “nombre divino” de YHWH [Jehovah] y Adonay, como “Señor” en el AT, ya que la forma original de escribirlo y aun hablarlo fue perdido entre los Judíos. Esto refleja una fuerte tradición trinitaria ortodoxa, relacionando la identidad entre YHWH del AT con la persona de Jesús.

Corrupciones textuales al NT: Marcos

Mar 1:10: “En seguida, al subir del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma.” [NVI]
La palabra original “dentro” [eis] fue cambiado con “sobre” [epi]. La diferencia entre las palabras era de mucha importancia para los cristianos de la antigüedad. Que el espíritu haya “entrado” a Jesús pudo haber apoyado la creencia Adopcionista. La doctrina Trinitaria esta tan fuertemente atrincada hoy en día que aunque el griego original lee “eis”, la mayoría de versiones bíblicas [NVI, RV, NMTJ etc.] todavía usan “epi”. La Biblia de Jerusalén [1976] es la única que se aproxima a una traducción correcta [“bajaba a él”].

La dificultad en la lectura de este versículo es obvia. El texto, como originalmente Marcos lo escribió, lo hace vulnerable a afirmaciones Gnósticas que en el bautismo de Jesús un ser divino [llamado el “Cristo”] “entro” en el. Si el mismo apóstol Marcos entendió el evento de esta forma no es la pregunta, aunque es notable ver que ambos evangelios de Mateo y Lucas cambiaron la proposición a “sobre” [epi]. La existencia de esta expresión variante entre la tradición Sinóptica, dio a los escribas del segundo siglo la oportunidad necesaria de evadir un posible “mal uso” del recuento en Marcos[1].

Como en todos los casos, nos tenemos que preguntar el porqué, escribas querían modificar una lectura única a uno de los Evangelios. En este caso las razones no son muy difíciles de localizar. El texto original pudiera haber sido usado por Gnósticos Cristianos quien, como el patriarca Ireneo nos informa, apelaban a este evangelio en particular para apoyar sus Cristologías Separatistas y Adopcionistas.
Mar 3:11: “Además, los espíritus malignos, al verlo, se postraban ante él, gritando: ‘¡Tú eres el Hijo de Dios!’”

“Tú eres el Hijo de Dios” fue alterado por escribas con “Tu eres Dios, el Hijo de Dios”.

Un cambio similar a este ocurre en Mar 5:19. Después que Jesús sana al endemoniado, lo manda de regreso a su casa para que diga lo que “el Señor” [ho kurios] ha hecho por él; sin embargo, algunos otros testigos, el hombre es mandado a decir lo que “el Dios” [ho teos] ha hecho por él. En cuanto a la posibilidad de que esta variación sea una simple armonización de Lu 8:39[2], uno tiene que preguntarse porque fue hecho en este caso, especialmente en vista a la tendencia ortodoxa del que está haciendo estas cosas es el mismo Dios. Además, también en Luc 8:39 un cambio ha sido hecho el cual lleva al lector a identificar a Jesús como Dios. Aquí, después de que el endemoniado se le ordena proclamar lo que Dios ha hecho por el [ej., en Lucas, 'a través de Jesús'], el va predicando lo que “Jesús había hecho”. Para Lucas la tradición textual no sugiere que Jesús, como Dios, había sanado al hombre.

Jesús no es identificado como Dios en este evangelio, aunque se da a entender que Jesús es aquel a quien a través Dios trabaja. Sin embargo, escribas después lo entendieron como que el texto implicaba algo diferente; el pasaje es levemente modificado en un numero de testigos Griegos y Cópticos para dar a entender lo que “Dios” [ej., “Jesús”] había hecho por él.
Pie de notas
[1] La fecha de la lectura es fija al segundo siglo en vista de las diversas y popular declaraciones. No solamente se encuentra en la mayoría de los manuscritos griegos sobrevivientes, es también la lectura del Códice Sináptico del siglo 4, del Siriaco temprano, y de casi todas las evidencias en latín.

[2] “«Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo.» Y fue por toda la ciudad proclamando todo lo que Jesús había hecho con él.” —BJ76

Corrupciones textuales al NT: Mateo

Índice: Evangelio segun Mateo
Copilado por Xavier
Mat 1:18: “El nacimiento [genesis] de Jesucristo fue así...” [RV 2000]
Mateo narra el “nacimiento” de Jesucristo. Trinitarios incómodos con la palabra original “genesis” [origen, creación] lo cambiaron con “gennesis” [natividad, engendramiento].

Mientras que la mayoría de los manuscritos más tempranos están de acuerdo con la traducción: “El origen [o la creación=genesis] de Jesucristo…”, ambas variaciones [genesis y gennesis] están presente en la tradición textual. Esto implica que no fue un simple error de ortografía o coincidencia en la parte de los escribas. Mateo comienza su evangelio detallando el “libro de la genealogía [genesis] de Jesucristo”, lo que hace más probable la continuación descriptiva de un genesis. Por esto, la mayoría de los eruditos textuales concuerdan que “nacimiento” [natividad=gennesis] representa una corrupción textual.

Al mismo tiempo, algo más profundo puede estar pasando aquí. Ambos genesis y gennesis pueden significar “nacimiento”, siendo apropiado a este contexto. Entonces, ¿por qué los escribas parecen resistir la descripción original que Mateo describe como el “genesis” de Jesucristo? La respuesta se contesta ella sola. El texto original claramente nos dice que fue precisamente en este momento cuando Jesucristo vino a existir [ósea, se originó]. Es un punto de hecho que en la narración de Mateo, ya sea aquí o en el resto del libro, no sugiere que había una noción de que Cristo existía antes de su nacimiento. De todos modos, escribas ortodoxos encontraron uso de este recuento de Mateo, en particular junto con las declaraciones del evangelio de Juan, cual apoya la noción de la preexistencia de Jesús junto con el Padre antes de su apariencia en la carne.
La doctrina ortodoxa por su puesto representaba una conexión de estos puntos de vista cristológicos, a fin de que Jesús fuera confesado como “encarnado [evangelio de Juan], a través de la virgen María [Mateo y Lucas].” Cualquier creyente de esta doctrina bien hubiera visto de reojo la implicación que Mat 1:18 esta describiendo un origen de Jesús y con razón hubiera tratado de clarificar el texto substituyendo una palabra que “significaba” la misma cosa, para que al mismo tiempo no fuera mal interpretada. Por lo tanto, la palabra gennesis en Mat 1:18 representa una corrupción ortodoxa.
Mat 24:36: “Pero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.” [RV]
"Pero de aquel día y la hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.” [LBLA][1]
Escribas estaban incómodos con el hecho de que el texto dice que Jesús no sabe el futuro, así que la frase "ni el Hijo" fue omitida. Esta omisión se refleja en la NVI y RV, pero los eruditos reconocen ahora que pertenecen al texto griego moderno, como la mayoría de versiones modernas.

Esta corrupción representa unos de los cambios más claros efectuados para prevenir su mal uso “herético”. La omisión parece haber sido hecha muy tempranamente, ya que es atestada por el patriarca Origen y un sinnúmero de testigos [la mayoría de los textos Siriacos y Cópticos, junto con el Latín Vulgata]. Algunos críticos han argumentado que el texto corto es original a Mateo, ya que la frase en discusión [“ni el Hijo”] también ocurre en Mar 13:32, cual evidencia es segura.

De acuerdo a este punto de vista, el hecho que la mayoría de estos escribas hayan dejado el texto intacto enseña que no les molesto su insinuación Adopcionista[2] [ej., Jesús, como un simple ser humano, no sabía cuándo sería el fin]; entonces, ellos mismo modificaron la forma de Mateo para que compaginara con su paralelo en Marcos.

Tan persuasible que este argumento pueda aparecer, la mayoría de los críticos textuales no están convencidos. Por un lado, no es una certeza decir que los escribas no estaban molestos con la misma frase usada en Mar 13:32: ya que a veces es omitida allí también. Además, entendemos mejor su ausencia frecuente en los manuscritos de Mateo que en esos de Marcos, porque Mateo fue copiado más veces. La popularidad de Mateo hace que una armonización textual hacia Marcos, el evangelio menos copiado, sea relativamente un fenómeno raro. Si hubiera una armonización en este caso, uno esperaría verlo trabajar al contrario; es decir, si Mateo originalmente no tuviera la frase y Marcos la tuviera, esperaríamos que los escribas la omitieran en Marcos también.

Por otra parte, no solamente encontramos la frase “ni el Hijo” en los manuscritos mejores y más tempranos de Mateo, es también integral a su contexto. La frase forma la segunda parte parentética de la clausula gramática “ni”, ya que sin ella la frase es desigual con el resto del texto. Que la frase en si fue vista problemáticamente por los escribas Cristianos es demostrada con claridad, en particular por la historia del manuscrito Códice Sináptico. El cual originalmente tenía la frase, que un corregidor borro y un segundo corregidor restauro.
La razón por la cual los escribas la encontraron problemática es evidente: sugiriendo que el Hijo de Dios no es omnisciente, una interpretación usada por los Adopcionistas para argumentar que Jesús mismo no era un ser divino. Tenemos que recordar que aunque la frase hubiera sido problemática en el curso del tiempo, por ejemplo, en la era controversial Arriana [300-400DC], fue omitida mucho más tempranamente, antes de los debates cristológicos del siglo 4. El cambio que fue inicialmente establecido por las controversias adopcionistas llego hacer el texto estandarte de la era Medieval.
Pie de notas

[1] ni el Hijo. Jesús voluntariamente abandonó el ejercicio de sus atributos divinos durante su vida y ministerio terrenal (Juan 8:26–29; Fil 2:5–8) y aunque continuó siendo Dios El obró dentro de las limitaciones corporales de su humanidad. En su deidad, Cristo es omnisciente (Mt 16:21; 20:17–19; Juan 2:24–25; 4:17–18; 13:38) y en Apocalipsis, el Cristo exaltado y glorificado le da información detallada a Juan acerca del momento de su regreso. [Concordancia de La Biblia de las Américas; LBLA]

[2] La doctrina según la cual
Jesús era un simple ser humano, elevado a una dignidad similar a la de Dios luego de su muerte. El Adopcionismo es propio del pensamiento cristiano primitivo.

A medidas que paso el tiempo, y que el
cristianismo prendió en las capas superiores del Imperio Romano, fue imponiéndose como la doctrina de la Encarnación, según la cual Jesús desde siempre había sido Hijo de Dios (concretamente la Segunda Persona de Dios). El Adopcionismo fue progresivamente arrinconado, a pesar de que teológicamente la encarnación plantea una serie de dificultades que el Adopcionismo no (la mayor de ella: reconocer la existencia de varias personas divinas, y al mismo tiempo profesar el monoteísmo).

A lo largo de las llamadas disputas cristológicas, el Adopcionismo volvería a ser resucitado, en una versión más refinada, más famosamente por el obispo Arrió. El arrianismo, en efecto, se transformaría en la herejía más atosigadora que debería afrontar la joven Iglesia en sus primeros años. Finalmente, después de la formulación del credo trinitario en los Concilios de Nicea (325) y Calcedonia (381), el adopcionismo fue finalmente abandonado.

Corrupciones textuales al NT: Intro

A favor de la posición Trinitaria
Copilado por Xavier
A través de los siglos, hubo cambios al texto griego torciéndolo a favor de la posición trinitaria ortodoxa. Hoy en día, los mismos eruditos trinitarios han reconocido estos cambios y por lo tanto no los incluyen en los textos griegos modernos, producidos por la United Bible Society [Asociación Unida Bíblica] y el Institude for NT Research [Instituto Investigativo del NT] en Alemania, cual produce el texto moderno llamado Nestle-Aland.

Es importante para el cristiano saber algo sobre la historia moderna del NT. Ninguno de los textos originales atribuidos a los apóstoles existe. Lo que si existe son unas 5 000 copias de manuscritos hechos por mano del NT en griego del segundo siglo hasta ahora. El texto del NT moderno es traducido de estos manuscritos sobrevivientes que han sido recogidos, como también lo son manuscritos en otros idiomas, como el latín.

Cuando el Señor dio la revelación del NT, los diversos escritores—Pablo, Pedro, Mateo, etc., los escribieron o se los dictaron a un escriba, produciendo lo que ahora es considerado “el texto original”. Este original fue copiado y mandado a las iglesias alrededor del mundo. Fueron también traducido en muchas otras lenguas que los Cristianos hablaban, primeramente en Latín, Griego y Arameo.

Hasta la invención del texto movible y la imprenta [c. 1450DC], todas las copias de la biblia fueron hechas a mano. Una copia completa de la biblia podía llevarse un año para escribirse, ya que el papel era muy caro y la mayoría de la gente no podía leer ni escribir. Por eso la mayoría de las copias fueron hechas por escribas profesionales. Ellos normalmente escribían mientras alguien les dictaba, usualmente a un grupo de escribas. Es fácil de ver como errores podían haber ocurrido. El orador podía leer mal un párrafo o el escriba no oír correctamente.
A veces los escribas no tomaban su trabajo en serio, causando muchos errores en la copia. Uno de los ejemplos más notables fue hecho en el códice #109 minúsculo. El escriba estaba copiando la genealogía que se encuentra en Lucas y en vez de copiar la columna de nombres de arriba para abajo, los copio corrido. De tal manera que, en su copia de la biblia, casi todos tienen el padre equivocado, por ejemplo, el origen de la raza humana es Fares y no Dios y ¡Dios termina siendo el hijo de Aran!

Errores honestos casi siempre pueden ser detectados. Son normalmente en la categoría de errores gramaticales o de ortografía o son aptos algún tipo de patrón estandarte errado, como saltándose una línea, copiar una línea dos veces, o son evidentes en otras formas, como en el ejemplo de arriba acerca la genealogía en Lucas. Un problema más serio ocurrió cuando escribas deliberadamente modificaron el texto para hacer compaginar su teología. Aunque esto es muy grave, la mayoría de cristianos no saben que estos cambios ocurrieron, ya que la mayoría de ministros no mencionan el tema. Piensan que si ya hay problemas para que la gente crea a la biblia, por lo tanto no quieren introducir cualquier otra idea que pudiera causar que la gente dude mas las escrituras. Otra razón por su silencio es que algunos ministros, y sus fieles, no están preparados hacer una investigación textual, la cual requiere escudriñar los manuscritos y los argumentos para poder discernir la escritura auténtica de errores y falsificaciones.

Los Cristianos tienen que saber que entre más de los 5 000 manuscritos hecho a mano en griego, no hay uno que sea idéntico al otro. La mayoría de las diferencias son muy menores, como de ortografía o puntuación. Sin embargo, otras diferencias no son menores y no se pueden resolver fácilmente, causando argumentos [interpretativos] entre cristianos a lo que es realmente escritura verdadera. Esta es una de las razones principales por la cual hay diferencias entre las versiones bíblicas como la NVI y RV.

Los eruditos hoy en día tienen computadoras que utilizan para comparar los diversos textos. Comparado con incluso hace 100 años, ahora es mucho más fácil para clasificar los manuscritos, determinar las fechas en que se produjeron y descubrir dónde, cuándo y cómo los cambios y errores fueron introducidos. A medida que los eruditos han comparado los textos en sus esfuerzos para reconstruir el original, un sorprendente patrón ha surgido. Los escribas trinitarios constantemente modificaron el texto para hacerlo más trinitario[1]. La evidencia demuestra que estos cambios no fueron accidentales, pero hechos a propósito.

El impacto de estos cambios no puede ser sobreestimado. Eruditos hoy, haciendo análisis computadorizado de más de 5 000 textos griegos disponibles a ellos, reconocen estos cambios al texto. En los siglos temprano del Cristianismo uno de estos manuscritos variantes pudo haber “ganado el día” en un debate, más fuertemente estableciendo la doctrina trinitaria y resultando en excomunión, exilio, o muerte para el “herético” que perdía el debate. Los cambios también ilustran una actitud hacia el texto que asombraría a muchos cristianos de hoy en día.
La idea de cambiar la Palabra de Dios para decir lo que uno quiere, es algo terrible de pensar para la mayoría de los creyentes.

Mal leer o mal entender es una cosa, pero pocos cristianos hoy en día no serían capaces de tomar lápiz y cambiar el texto para que concuerde con su enseñanza. Pero eso es lo que la evidencia de la historia textual nos demuestra que escribas trinitarios ortodoxos hicieron. La mejor forma de probar este comentario son con las diferentes versiones bíblicas.
Para un estudio mas afondo, la mayoría de los ejemplos se encuentran en The Orthodox Corruption of Scripture [La Corrupción Ortodoxa de la Escritura] por Bart Ehrman [New York, Oxford University Press, 1993]. Además, pueden en gran parte ser verificadas en el aparato crítico de United Bible Societies Greek Text [Sociedad Bíblica Unidad del Texto Griego] UBS 4 o el Nestle-Aland Greek NT [NT en griego].
Pie de nota
[1] Se reconoce que en los primeros siglos hubieron muchos sistemas de creencias competidoras, los escribas en su mayoría parecen haber alterado textos a favor a sus propias creencias.

Concilios Catolicos (325-970DC)

1. I De Nicea. 325
Reunido por el Emperador Constantino durante el pontificado de San Silvestre. Contra el Arrianismo. Definió la ‘consubstancialidad’ del logos [Verbo, Palabra], largamente defendida por Atanasio, diácono de Alejandría; sancionó los privilegios de las tres sedes patriarcales de Roma, Alejandría y Antioquía, y extendió a toda la Iglesia la costumbre Romana concertando la fecha de la celebración de Pascua. El logos es verdadero Hijo de Dios, de la misma substancia del Padre, y por lo tanto verdadero Dios.
Macedonio, patriarca de Constantinopla, admitía la divinidad [Deidad=como Dios] del logos [Verbo, Palabra] pero la negaba en el Espíritu Santo; decía que era una criatura de Dios, una especie de superministro de todas las gracias.

Reunido durante el pontificado del Papa San Dámaso y el Emperador Teodosio el Grande, reafirmó la divinidad del Espíritu Santo. Contra los macedonianos.

El Espíritu Santo es verdadero Dios, como el Hijo y el Padre. (Símbolo Niceno – Constantinopolitano).

Nestorio, patriarca de Constantinopla, negó la unión del logos Divino con la humanidad en unidad de persona; afirmó que Jesús era un puro hombre en quien habitaba el Hijo del Eterno Padre, y si Jesús no era Dios tampoco María podía ser Madre de Dios.

También fue condenada la doctrina de Pelagio y Celestino que negaban la transmisión del pecado de Adán a su descendencia y defendían la bondad, puramente humana para hacer el bien sin el concurso del auxilio divino.
San Celestino I Contra el Nestorianismo. En el reinado de Teodosio el Joven. Definió la unidad de persona en Cristo y la maternidad divina de María. Cristo, Dios-Hombre es un solo sujeto (=Persona); la unión hipostática es substancial, no accidental, física, no moral.
León I El Magno. Contra los Monofisitas. Emperador Marciano. Condenó el eutiquianismo, que no reconocía en Cristo la distinción de las dos naturalezas perfectas.
Las dos naturalezas en Cristo están unidas (personalmente), no confundidas ni mudadas ni alterada de ninguna manera.

Dióscoro, patriarca de Alejandría y el abad Eutiques sostenían la opinión de una sola naturaleza en Cristo, una especie de fusión de las dos naturalezas o más bien de absorción de la naturaleza humana por la divina. Esta herejía vino a llamarse (Monofisismo), una sola naturaleza.
Este concilio, segundo de Constantinopla, se convocó para solucionar discrepancias y atraer a los descarriados monofisitas de los cuales se formaron muchas fracciones, sobre todo en el Medio Oriente y el Norte de África. El gran interesado en la unión fue el emperador Justiniano. Después de interminables divisiones y discusiones se reunió el concilio y promulgó sus decretos.

Reunido por el emperador Justiniano, por ausencia del papa Vigilio. Contra los Tres Capítulos. Condenó los escritos de Teodoro de Mopsuestia y de Teodoro de Ciro contra San Cirilo y el Concilio de Éfeso.

Se confirma la condenación de los errores precedentes (trinitarios y cristológicos), ratificando el sentido genérico de las definiciones conciliares. Se condenan también los errores derivados de Orígenes junto con los Tres Capítulos influidos de Nestorianismo.

A Sergio, patriarca de Constantinopla, se le atribuye esta nueva herejía, llamada (Monotelismo), una voluntad. Admitía en Cristo las dos naturalezas pero le reconocía una sola voluntad. Tenía en mente la idea de atraer a los monofisitas, al tiempo que pensaba no errar en cuanto a la verdad católica. Al tomar fuerza esta opinión y entrar en la polémica grandes personajes de la época, obligó a convocar el concilio.

En Cristo hay dos voluntades, como hay dos naturalezas, aunque sea una sola la Persona, que es la del logos.
Papa San Agatón I y Papa San León II. Contra el monotelismo. Condenó a Honorio.

El culto de las imágenes arranca desde los principios del Cristianismo, como se puede ver en las catacumbas romanas donde se ocultaban los cristianos perseguidos. En los siglos 7 y 9 la Iconoclastia, destrucción de imágenes, estuvo en auge y se convirtió en abiertas persecuciones promovidas por los emperadores orientales. No faltaron grandes defensores del culto de veneración a las imágenes como San Juan Damasceno y San Germán de Constantinopla, y muchos otros que fueron mártires por defender ese culto.

7. II De Nicea. 787.
Papa Adriano I contra los iconoclastas. Emperatriz regente, Irene. Regula la querella de los iconoclastas pronunciándose por el culto de las imágenes, pero distinguiendo cuidadosamente el culto de veneración del culto de adoración, que sólo es debido a Dios.
Reivindicase la legitimidad del uso y del culto a las sagradas imágenes.

Entre Oriente y Occidente, y entre sus capitales imperiales como fueron Roma y Constantinopla hubo siempre antagonismo ya fuere en el aspecto político como en el religioso. Si el Papa es el primero en la cristiandad, el segundo lugar lo ocupa, sin duda, el patriarca de Constantinopla. A mediados del siglo noveno un ambicioso personaje ocupó la silla patriarcal, su nombre fue Focio; cometió toda clase de arbitrariedades y exacerbó los ánimos de los orientales contra Roma. Esta grave situación decidió la apertura de un nuevo concilio.

8. IV De Constantinopla. 869-970.
Papa Adriano II Contra el Cisma del emperador Focio. Con el apoyo del emperador Basilio el Macedonio. Condenación de Focio. Confirmación del culto de las imágenes. Afirmación del Primado del Romano Pontífice.

Los 8 primeros concilios se desarrollaron en el Oriente por ser ahí donde se originaron las controversias. En el siglo 11 el Oriente se separa de Roma y los concilios – 13 más hasta el presente – se celebraron en el Occidente de Europa.