Por H. H. Wendt, 1906.
“Es claro que en Juan 8:58 no habla de una preexistencia verdadera [literal] de Cristo. Nosotros no debemos de tratar estos versículos aislados, pero comprenderlos en su contexto. El dicho en Juan 8:58 [“…Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido/yo soy”] fue incitado por el hecho que los oponentes de Jesús habían contradicho su observación en el v. 51, diciendo que Jesús no fue más que Abraham ni los profetas (v. 53). Como el Mesías comisionado por Dios, Jesús es consciente de ser superior a Abraham y a los profetas. Por esta razón él contesta (según las palabras intervinientes del v. 54 en adelante) que Abraham "había visto su día," por ejemplo, la entrada de Jesús en su ministerio histórico, y “se gozó” de haber visto ese día [v. 56]. Jesús da énfasis a su argumento agregando la declaración, que sonó extraño a los judíos, que él es "antes de Abraham" (v. 58).
Este último dicho debe ser comprendido con respecto al v. 56. Jesús habla en versos 55-56 y 58 como si su ministerio presente en la tierra es desde los tiempos de Abraham e incluso antes. Sus dichos fueron percibidos por los judíos en este sentido y rechazados como tonterías. Pero Jesús obviamente no quiso (en el v. 56) decir que Abraham había realmente experimentado la apariencia de Jesús en la tierra y haberlo visto literalmente. Jesús se refería a la visión espiritual[1] que tubo Abraham de su apariencia en la tierra, porque Abraham, en el nacimiento de Isaac, había previsto al mismo tiempo el Mesías prometido, y se había alegrado de la perspectiva futura de uno más grande (el Mesías), quien sería el descendiente de Israel.
La referencia de Jesús sobre su existencia antes del nacimiento de Abraham debe ser comprendida en el mismo sentido. No hay algún tipo de preexistencia sorprendente celestial del Mesías aquí: obviamente la referencia se trata otra vez sobre su existencia terrenal. Y esta existencia terrenal es precisamente la existencia del Mesías [como lo narran Mat 1; Lucas 1]. Como tal, no estaba sólo presente en la mente de Abraham, pero aún antes de su época, como el sujeto de la preordinación y previsión de Dios. El tipo de preexistencia a cual Jesús se está refiriendo es "ideal" (en el mundo de ideas y planes). De acuerdo con este conocimiento, cual la figura del Mesías venidero predetermina desde el principio [cp. La figura del “Hijo del Hombre” en la visión de Dan 7], Jesús puede verdaderamente reclamar que él es más grande que Abraham y los profetas (Juan 8:58).”
Pie de nota:
[1] Según algunas tradiciones judías, Abraham había contemplado en una visión las cosas futuras. También se interpretaba la risa de Abraham (Gen 17.16-17) como risa de alegría. RV1995
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